Dispositivo de movilidad para ciegos que funciona como un perro guía robótico de mano
Los perros guía juegan un papel importante como ayuda de movilidad para los discapacitados visuales, pero no son la solución perfecta para todos. Cosas como el precio, las viviendas más pequeñas o incluso las alergias pueden hacer que estos caninos no sean adecuados para muchos, pero una tecnología que se está desarrollando en la Universidad de Loughborough ofrece otra posibilidad, canalizando las funciones de un perro guía en un dispositivo robótico que se puede sostener en la mano.
El dispositivo se llama Theia y fue concebido por el estudiante de diseño industrial Anthony Camu, que se inspiró en las consolas de juegos de realidad virtual y en los vehículos autónomos. La tecnología se encuentra actualmente en forma de prototipo con algunos detalles que deben ser resueltos, pero la premisa básica es que Theia actúa como un perro guía robótico para ayudar a los usuarios con discapacidad visual a llegar hasta su destino.
La clave para esto es lo que se conoce como giroscopio de momento de control, que a menudo forma parte de los sistemas de control de actitud de las naves espaciales, incluyendo el utilizado en la Estación Espacial Internacional (ISS). Esto permite a Theia proporcionar una retroalimentación de fuerza dependiendo de hacia dónde se dirige y mover la mano del usuario como una forma de guiarlo hacia una dirección deseada, muy similar a la de un perro guía.
Theia encontraría su camino a través de un sistema de lidar y cámara que le permite construir una imagen tridimensional del entorno, muy parecido a un coche autoconductor. Los usuarios pueden introducir su destino a través de comandos de voz, y los procesadores de a bordo determinarán el mejor camino a seguir, incluso teniendo en cuenta los datos en tiempo real sobre el tráfico de peatones y coches, así como el tiempo.
Queda algo de trabajo por hacer antes de que el dispositivo ofrezca este tipo de funcionalidad, con el prototipo actual propenso a episodios de vibraciones excesivas y motores averiados. Pero Camu espera que con un mayor desarrollo pueda superar estos problemas iniciales e incluso permitir a Theia abordar entornos más complejos como ascensores, escaleras y pasos de peatones.
«El objetivo de muchas personas invidentes es ser independientes y llevar una vida normal, pero lamentablemente, muchos de los que sufren pérdida de visión se sienten excluidos de situaciones y actividades que muchas personas dan por sentadas, como socializar, ir de compras o ir a restaurantes», dice Camu. «Esas limitaciones suelen formarse debido al temor y la ansiedad que se asocian con una comprensión parcial del entorno. Theia tiene la capacidad de ampliar las zonas de confort y las posibilidades de una persona ciega, de ampliar sus horizontes y de permitirle pensar menos en caminar y más en lo que le espera al final del recorrido».
Puedes escuchar a Camu y ver a Theia en acción en el siguiente video.
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