Ingenieros utilizan la IA para crear un robot que nos devuelva la sonrisa
Ingenieros utilizan la Intelicencia artificial para crear un robot que pueda devolver la sonrisa
En algún momento del futuro, los ingenieros prevén una época en la que los robots formen parte de la vida cotidiana, cuidando a niños y ancianos y proporcionando mano de obra. Para los humanos, las expresiones faciales son formas tácitas de comunicación y desempeñan un papel importante en la creación de confianza entre las personas. Los científicos han estado trabajando en la creación de un robot que pueda utilizar las expresiones faciales adecuadas en el momento oportuno.
Los ingenieros del Creative Machines Lab de Columbia Engineering llevan media década trabajando en la creación de un robot llamado EVA, un nuevo robot autónomo con un rostro suave y expresivo que es capaz de responder para adaptarse a las expresiones de los humanos que están cerca. Uno de los investigadores del proyecto, Hod Lipson, dice que la idea de EVA empezó a formarse hace varios años.
Lipson, catedrático de Innovación James y Sally Scapa y director del Creative Machines Lab at Columbia Engineering, dice que él y sus estudiantes empezaron a observar que los robots que trabajaban reponiendo estanterías y otras tareas en el mundo real eran humanizados por las personas que trabajaban con ellos. La humanización adoptaba la forma de cosas como ojos saltones y gorros tejidos a mano. Los investigadores pensaron que si la adición de cosas como sombreros y ropa a los robots los hacía más humanos y relacionables, la construcción de un robot con una cara expresiva haría aún más.
El equipo afirma que el mayor reto a la hora de crear su robot fue diseñar un sistema lo suficientemente compacto como para caber dentro de los límites de un cráneo humano, pero lo suficientemente funcional como para producir una serie de expresiones faciales. El equipo utilizó la impresión 3D para construir piezas con formas complejas que pudieran integrarse perfectamente en el cráneo de la máquina. Una vez resuelta la parte mecánica, el equipo pasó a la siguiente fase, que consistía en programar la IA para que guiara los movimientos faciales.
EVA utiliza la IA de aprendizaje para leer y luego reflejar las expresiones de los rostros humanos cercanos. La IA aprende nuevas expresiones humanas por ensayo y error a partir de la observación de vídeos de sí misma. El equipo admite que EVA sigue siendo un experimento de laboratorio y que está muy lejos de poder imitar las complejas formas de comunicación de los humanos con las expresiones faciales.