El MIT presenta un robot con la sensación del tacto
Esta «pinza blanda» es capaz de atrapar un objeto siendo consciente de su peso y tamaño.
Para entender mejor el entorno que les rodea, los robots necesitan entender la sensación del tacto. Sin esta habilidad, nunca podrán mover objetos frágiles. Por esta razón, el MIT ha desarrollado una «pinza suave» llamada «Pinza Robot de Origami». Un robot con la sensación del tacto y una mayor conciencia espacial.
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Adquirir la sensación del tacto para conocer el espacio
Los equipos que trabajan en robótica en CSAIL, la división de inteligencia artificial del Instituto Tecnológico de Massachusetts, han creado sensores que parecen un globo inflable. Lo llaman «clip suave». Han hecho posible que este robot sienta mejor lo que está agarrando y controle la fuerza que debe usar en cada situación.
Dos innovaciones están en la agenda: los famosos globos inflables que sirven como sensores para los robots y una pinza diseñada para agarrar objetos cien veces más pesados que su propio peso. Esta pinza ha sido mejorada con sensores que le permiten determinar el peso de un objeto y así aplicar un cierto grado de presión al agarrarlo y levantarlo. Demostración:
En ambos casos, un algoritmo usa la información enviada por los sensores para decirle al robot cuánta fuerza debe usar. Los investigadores probaron sus innovaciones en botellas de plástico, latas, manzanas, un cepillo de dientes o un paquete de galletas. Según Josie Hughes, autora principal de la investigación:
«Esperamos que esta innovación pueda convertirse en un nuevo método de detección blanda y que se aplique a una amplia gama de aplicaciones diferentes en contextos de fabricación, como por ejemplo el envasado de productos».
¿Robots cada vez más humanos?
A lo largo de los años, los robots están mejorando y acercándose a las capacidades humanas. A principios de 2020, el robótico T.J. Wallin reveló su investigación sobre el «sudor» de los robots. Está convencido de que los robots también deben adquirir esta habilidad para evitar el sobrecalentamiento cuando trabajan durante largas horas seguidas. Pequeños tanques huecos y presurizados se colocan dentro de los dedos de una mano robótica. El principio es muy simple: cuando el plástico alcanza una cierta temperatura, los poros se abren y el agua es empujada a la superficie, como en los humanos.
Hace unas semanas, el MIT reveló nuevos sensores que podrían ser usados como piel para los robots. Evidencia de que los investigadores de CSAIL han estado buscando una manera de dar a los robots la sensación de tacto durante algún tiempo. Esta vez, buscaban cubrir los robots con una especie de tronco flexible equipado con sensores hechos de un material utilizado para «blindaje contra interferencias electromagnéticas».